22 septiembre 2006

Acerca de elecciones y participación.

El año pasado, los postulantes a la CRC fueron muy pocos, entre ellos, el candidato de siempre, que con muy pocos votos volvió a ocupar el cargo de revisor (56 sobre 170). Claro que sería injusto criticarlo, ya que obtuvo lo necesario para que otro candidato quede afuera de la discusión. Además esas son las reglas del juego, si nadie se presenta los pocos que lo hacen, recogiendo unos pocos votos, aunque estos sean de fanaticos y dormidos, tienen todo el derecho a ocupar el lugar para el cual se postularon.

Esta vez, por primera vez en diez años, las candidaturas al mismisimo consejo no llegan a cubrir los cargos que quedarán vacantes. En una observación anterior les dimos nuestra interpretación sobre este fenómeno, entendiendo que la actual gestión, a pesar de haber recibido un fuerte apoyo de votos en su elección, no logró en su mandato entusiasmar a nuevas caras para ser acompañados en la tarea de dirigir la Asociación. Posiblemente el encierro que practicaron desde el comienzo resulte en esta apatía generalizada que vivimos.

Completando el escenario de falta de entusiasmo que se vive, dos de los candidatos al Consejo, también capitalinos y muy cercanos al presidente ex pluma, uno de ellos también provisto de plumaje, son viejos conocidos en esta jóven Asociación. Algo asi como candidatos de siempre, personas a las que uno siempre ubica, ocupando cargos nacionales.
Sin juicios de valor acerca de estas personas, su presentación no hace más que entorpecer y patear hacia adelante el refresco dirigencial que necesita la conducción nacional.
En esa misma línea un viejo dirigente de la zona Norte del GBA tomó la dirección de la delegación al Jamboree. No juzgamos capacidades, pero entendemos que va siendo hora de dar paso a nuevas generaciones en la conducción. De todas maneras, los líderes siempre encuentran un lugar para aparecer y SdeA no será la excepción, pero la falta de pasos a los costados sigue poniendo obstáculos para que los socios encuentren nuevos referentes.

Un sector de la dirigencia más conocida pareció entender el mensaje y mostraron la necesidad de refresco, no postulandose a cargos esta vez. Muchos se entristecieron no encontrando entre la grilla de los postulados a quienes depositar su confianza, el problema es que la falta de entusiasmo generalizada no generó tampoco nuevas figuras, y aquellos que no entendieron esta situación siguen postulándose, como casi siempre.

Ante este escenario, es válido un debate que la abundancia de candidatos de otras épocas ocultó; un debate que se resume en algunas preguntas:
¿Es válido ocupar un cargo con un porcentaje de votos menor a la mitad de los asociados?
Si para cuatro cargos se presentan dos postulantes ¿Es justo que entren directamente, por el sólo hecho de presentarse?
Un candidato pueda ser votado por el 40% de la Asociación. ¿Pero el resto, es indiferente o lo rechaza? ¿No sería válido saber el indice de rechazo a un postulante?
Por otra parte, podría decirse que si otros no se comprometieron, el sólo hecho de comprometerse vale lo suficiente.

En fin, son algunas cuestiones que valdrían un espacio de debate, como para mejorar la tan declamada pero pocas veces vista en la práctica, participación de las bases.