18 enero 2007

Las Pintadas

Hasta ahora evitamos referirnos al tema del conflicto que mantiene SdeA desde hace más de un año con sus empleados.
Las razones: Nos falta información suficiente como para emitir una correcta opinión. Pero lo sucedido, el 11 de enero en las puertas de casa Scout y la cantidad de interpretaciones que estan surgiendo, nos mueven a mostrarles otra opinión.

En un primer momento, leer la nota del Presidente a la Asociación y ver las fotos que muestran el deterioro del frente de nuestra vieja Casa, nos mueven a un profundo dolor, que sabemos compartido por muchos de los miembros de esta asociación.
Tratando de analizar más profundamente el hecho, vemos que las culpas no son tan repartidas como en un principio pareciera. El Triunvirato que gobierna, se lleva gran parte del peso de la responsabilidad por lo ocurrido.

Expliquemonos: Todo conflicto tiene dos o más partes en cuestión. Hace un tiempo eran los empleados que reclamaban con la Ley en la mano, lo que legalmente corresponde y que por distintas razones, no siempre de mala voluntad, no se cumplía. Luego de los primeros reclamos y las negativas o las faltas de seriedad en las negociaciones, los reclamos se comienzan a complicar y aparece en el juego una tercera parte: el sindicato. El gremio no tiene porque responder a los valores que los scouts adherimos, en cualquier ambiente los lideres sindicales buenos o malos toman partido por el trabajador, generalmente esgrimiendo el reclamo legalmente justo, pero no siempre con estas únicas intenciones.

El primer error de la conducción fue la incapacidad de resolver con los propios interesados, por no querer o por no saber; permitiendo así la entrada en juego de los terceros. Analizándo esto a la luz de nuestros valores, es difícil comprender que un trabajador tenga necesidad de buscar un respaldo sindical.

La aparición de UTEDYC en la discusión fue uno de los logros de esta conducción. La tradición de empleados consustanciados con los valores del empleador que hasta no hace mucho se mantenía en SdeA, aún soportando la prepotencia del que mereció la expulsión, durante mucho tiempo, se rompió totalmente y aquellos que no leían su convenio laboral, comenzaron a atarse a lo que la ceguera directiva y el mal trato, nunca desmentido, los obligaba.

Como era de prever en cualquier situación en que un gremio comienza a pesar en discusiones, el laberinto no tendría una salida simple. El buen trato y la capacidad de negociación hubieran ahorrado muchos esfuerzos. La prepotencia, la falta de seriedad para le negociación, en la cual la persona en que la Asociación confió la Dirección Ejecutiva siempre estuvo ausente, ciñéndose a su rol de Secretario Ejecutivo y no al de Director por el cual se le paga y se le aumenta cuando "cumple objetivos" , hicieron el resto para llegar a este punto.

En la discusión aparecieron nuevos frentes mientras las autoridades nada comunicaban a los asociados sobre su accionar. La información nunca fue el fuerte de la actual conducción, nunca entendieron que una gestión transparente y abierta era lo necesario en esta etapa. Con el claro objetivo de ocultar errores escatimaron información a los asociados desde el primer momento. Eso explica la indignación y sorpresa que muestra la nota del Presidente de SdeA, que sin haber comunicado nunca los conflictos con empleados, ante el hecho agresivo de la protesta brinda profusa información de los resultados, cuyas causas no parecen existir. La nota del Presidente, muestra la sorpresa de quien parece no haber advertido en que caminos de conflicto comenzó a transitar su gestión.

Nadie que lea los diarios en Argentina, puede pensar que un conflicto sindical es gratuito. Nadie con un poco de sentido común puede sentarse a esperar, cuando se evitó la negociación en todo momento. Eso fue lo que hizo nuestra conducción y el gremio no se hizo esperar.La inmensa falta de estatura del DE para el puesto por el cual cobra, mostró su cara más terrible, al ser incapaz o carecer de la autoridad para manejar un conflicto, este se expreso brutalmente, con huevazos y pintadas frente a la sede de la Asociación. La incapacidad de reacción del Consejo, que no hace más que avalar y seguir delegando funciones en el triunvirato, se expresa en el cada vez más exiguo temario que sólo amerita unas ocho horas de reunión mensual y sirven para enmarcar la acción a discreción de un Triunvirato que cada vez demuestra más el autoritarismo de los que no entienden su función.

La pesada de UTEDYC, cuyos metodos discutibles o no, no son distíntos a los de cualquier gremio, pintó en la fachada de Libertad el resultado de la prepotencia y el verdadero estado asociativo. La falta de apego a los protocolos mínimos de convivencia llevaron a esta violenta muestra de lo que son capaces de hacer los muchachos cuando se los ignora. A esta altura, nadie con un poco de sentido común puede pensar que el conflicto sigue en manos de la delegada unicamente. En este momento ya no se discute con la delegada sino con un gremio entero, con la incomodidad que eso conlleva.

Lamentablemente esto sigue sin comprenderse y en muchos ambitos de la asociación la nota del presidente convirtiendose en martir voluntarioy con el incondicional apoyo del vergonzoso e insultador blog oficialista, tuvo su eco, y sin entender el conflicto en que estamos envueltos y del cual el presidente recién ahora habla, expresaron su apoyo a no se sabe qué. Porque el Presidente no establece ninguna línea de acción, ni comunica estrategia alguna, sólo busca apoyo que a esta altura ya no sirve para enfrentar una situación que está lejos del alcance de los afiliados. Tenemos un conflicto con una entidad de la sociedad. Un conflicto que sólo es nuevo para la sorpresiva indignación presidencial.


El consejo pasó el año más preocupado por las Mafaldas, los Perros, los Soguines y las inexistentes NCOs que por enfrentar los reales problemas. Los preocupó más disfrazar un Balance, salvar el paso por Tribunales del expulsado, buscar vericuetos para malvender la Casa Pintada, que por enfrentar los reales problemas que nos ahorcan. El estallido del conflicto es el resultado del desmanejo, por no querer o no poder resolver las situaciones más complicadas. Por seguir creyendo que nuevos despidos y un adivinable proyecto de cambio de staff de rentados, solucionará la cuestión.

En este blog dijimos en los comienzos de esta Presidencia que los problemas a enfrentar excedían a cualquier consejo, que era necesario buscar apoyo en la Asociación entera, la desinformación cuando se negociaron indemnizacíones, las escuetas minutas, el crecimiento del temario reservado, el mínimo o inexistente informe a los socios por cada despido producido, etc. fueron las formas de actuar del Consejo, no se entiende entonces porqué recién ahora el Presidente pide apoyos sin siquiera indicar más que generalidades de discurso sobre los caminos a seguir.

No obstante, una buena parte de los asociados, sin bucear en las causas pero ofendidos e indignados con el hecho violento de las pintadas, colocan toda la responsabilidad en la delegada gremial. No creemos que sea ese el camino para resolver un conflicto. Los intereses asociativos se defienden negociando, aún con aquellos con quienes no compartiríamos ni una taza de té.

Pero como en la vida siempre se aprende algo nuevo, dos hechos en apariencia inconexos nos hacen ver la real cara de nuestras autoridades.
Mientras que un ex empleado, expulsado por la CNH, ratificada la decisión por una Asamblea, logró sin abogados, sin pintadas, y con una simple advertencia una jugosa indemnización. Otros empleados que aún son parte de la Asociación necesitan vender su alma a la pesada de un gremio para lograr negociar condiciones de trabajo. En este caso se notan las sustanciales diferencias en la forma de actuar según quien sea el oponente a los intereses asociativos.

En aquel caso el Presidente compartía junto al expulsado su fiesta de cumpleaños en pleno conflicto, en aquel caso no pedía ayuda a la Asociación sino que cedía a los reclamos con la excusa de evitar futuros juicios. Muchos de los que hoy ponen las culpas en el gremio y delegada, jamás se inmutaron por tamaña falta de respeto a los socios. Ahora ante el hecho vandálico piden cabezas, despidos e intervenciones de CNH. Ojalá lograran entender que el conflicto no esta en el interior de la asociación ni en cuestiones ideológicas internas. Estamos en una situación grave que no se resuelve con cartas ni fotos de las pintadas sino tratando de encontrar soluciones, que si se buscaron, jamás se explicaron.

Las pintadas reflejan la barbarie del adversario, pero también la impericia de propios. Como broche una carta a la Asociación que sólo refleja la misma indignación que sentimos todos, pero que dá la pauta que no se entendió la profundidad de la crisis.