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Esta es la leyenda que se encuentra si uno busca la página de la Asociación.

Justamente en momentos en que mucha gente está buscando información para iniciar sus Asambleas Distritales. Nada mejor para graficar la actitud del Triunvirato durante todo su primer año de gestión.

La renuncia de un miembro de la CRC, de tres días se conoció mediante uno de los pintores de "irrealidades" según la crítica Wildiana, mientras la conducción sigue sin informar a los socios.

Pero como queremos escapar de las discusiones que entretienen mientras los problemas reales y gravísimos nos acucian, les acercamos una opinión sobre uno de los puntos más complicados de la Asamblea que se avecina.

La pretendida posibilidad de malvender la Casa Scout

Algunos consejeros pidieron que las Asambleas Distritales otorguen mandatos abiertos para decidir los importantes temas que están aquejando a la asociación.

El fantasma de la pérdida de la Casa Scout rondando, este asunto merecerá un tratamiento preferencial en la próxima asamblea, tanto que es posible que se opaque el pedido de reoconsideración del segundo expulsado. La responsabilidad de los delegados debería privilegiar el debate sobre la posible perdida de patrimonio como uno de los temas excluyentes. Lamentablemente el CD, siguiendo su costumbre no informó nada, absolutamente nada, sobre los trámites que se están realizando al respecto. Al día de hoy no es posible saber si la Casa es suceptible de ser rematada, vendida o sufrir algún otro tipo de enajenación.

Esta habría sido una información sustancial para poder dar lugar a un debate serio. Aparentemente, el asesor y el Presidente informarán al respecto en la misma Asamblea. No es inocente esta estrategia, ya que en la medida en que no se sabe del tema la logica indicaría el mandato abierto de los distritos. No por convencimiento, sino por necesidad, o como única salida.

Sería penoso entrar en este juego como forma de dirimir el futuro asociativo. SIn analizar la información con la tranquilidad de tener unas semanas para consultar profesionales y buscar caminos, es muy dificil encontrar una solución en 20 hs de Asamblea. Evidentemente el Consejo apuesta a eso, a que todas las alternativas deban ser propuestas por ellos mismos, mostrando un total desprecio por lo que los socios pudieran aportar. Siguen enfrentando los problemas en soledad, y a esta altura ya se nota claramente que no es por abnegación ni altruísmo. La mayor crítica que recibieron durantes este año fue justamente la falta de comunicación. Siguen en el mismo camino, desoyendo cualquier voz que intente hacerlos recapacitar. Para muestra bastó ver que la renuncia de un Consejero no mereció el mínimo comentario del Presidente.

Por eso es que los mandatos extremadamente abiertos podrían conducir a dejar todo librado en la capacidad de decidir del Triunvirato, lamentablemente, nada en su pasado nos dá garantía de falta de errores.

La venta del bien más importante con que cuenta la Asociación no puede ser decidida en la estrechez del espacio asambleario, el espiritu de nuestro estatuto coloca la voluntad en las bases, y es alli de donde no debería salir. Al menos si se pretende respetar la voz de los socios.

En términos prácticos una venta de tal magnitud se decide con información sobre posibilidades reales de venta, ofertas serias y concretas y números, por sobre todo montos de venta.
Muchos dirán que no es el camino más práctico y acordamos con ello, pero es el único posible en términos de sensatez. La Asamblea no podría explicarle a las futuras generaciones que decidió vender un bien sin conocer el precio que recibirá a cambio.

El monto de la venta justifica largamente la concreción de una Asamblea Extraordinaria con tema único, un gasto de $30.000.- en una Asamblea es el 1% o menos del valor del bien a enajenar. Y en ese caso no dejaríamos en manos del Triunvirato úna decisión de tal magnitud.

La Asamblea, ni siquiera tiene el derecho de dejar tales decisiones en la voluntad de tres personas, aunque merecieran confianza, no deben recibir la responsabilidad de cargar con los aciertos o errores de una operación de tal magnitud (es igual al presupuesto de cuatro años) . Por eso es que el camino correcto que entenderán los que vengan en el futuro, es la aprobación o no de la venta. pero con toda lainformación previa, la oferta del comprador y los parametros de la operación, como asi también los planes futuros para la utilización del resultante, Otro camino sería esquivar la responsabilidad que como asambleísta lleva cada delegado.

Y siempre tratando de tener respuesta a la siguiente pregunta. Para el juicio que venga después ¿qué vendemos?